
Un amplio dispositivo militar y policial acordona este miércoles el perímetro de la sede de la IX Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en Honduras, donde se espera que los presidentes y resto de autoridades suscriban una mayor unidad regional en un día marcado por la entrada en vigor de los aranceles de Estados Unidos.
La cita regional en Tegucigalpa ocurre en medio de una complicada coyuntura política, social y económica para Latinoamérica, que llega fragmentada a esta cita y sin una estrategia común frente a las nuevas presiones de Washington con aranceles del 10% para la mayoría y deportaciones masivas de migrantes.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, ya adelantó en la víspera, a su llegada al país centroamericano, que propondrá a la Celac actuar “en bloque” y “abrirse al mundo” para hacerle frente a los aranceles fijados por el presidente estadounidense, Donald Trump, que entraron en vigor este miércoles.
La guerra comercial declarada por Estados Unidos golpea de lleno a la región de Latinoamérica y el Caribe, con aranceles del 10% para la mayoría de los países, con excepción de Venezuela y Nicaragua, que tendrán tasas más elevadas, del 15 y el 18 %, respectivamente, o Guyana, con un 38 %.
Por su parte, el mandatario brasileño, Luis Inácio Lula da Silva, propondrá que la Celac presente una candidatura única a la Secretaría General de la ONU, que será renovada en 2026.
Mientras que la presidenta hondureña y anfitriona del evento, Xiomara Castro, ya dijo que esta cumbre marcará “un paso hacia la unidad de América Latina y el Caribe, enfrentando desafíos globales como el cambio climático, el narcotráfico y la migración”, entre otros problemas.